Lluvia de madrugá
Un saludo a tod@s ustedes.
Saludos desde la lluviosa Cádiz aunque en estos instantes de escribir estas líneas luzca el sol. Llevamos unos días de abundante lluvia. Desconocida lluvia que limpia las calles y despeja el paisaje.
Ayer salí a entrenar. Un rodaje de unos 40 minutos que culminé en el gimnasio de mi club, adonde me fui a hacer estiramientos y trabajo de fortalecimiento de abductores. Un rodaje pasado por agua que me sirvió de bienvenida para las sensaciones del entrenamiento invernal.
Después viví una experiencia desconocida para un insomne ocasional como yo. Ante la falta de sueño decidí salir de madrugada a pasear por la ciudad. Caía un leve lluvia pero no me importó. Caminar es una actividad que me ayuda a reflexionar, a meditar y a adoptar decisiones. Lo que no sabía es que la experiencia de madrugada, solo con los ojos de ese Gran Hermano que nos vigila desde los ventanales de las habitaciones encendidas, desde los coches particulares, desde los camiones de servicios públicos, fuera tan placentera. Espero no acostumbrarme a ello.
He conocido una ciudad desconocida para mi. En silencio, quieta, reconciliada con la tranquilidad. Toda una novedad que merecía la pena ser compartida. Mi lluvia y yo, buena compañía para pasear y para preguntarle en voz alta sin molestar a nadie el por qué de muchas cosas.
Saludos desde la lluviosa Cádiz aunque en estos instantes de escribir estas líneas luzca el sol. Llevamos unos días de abundante lluvia. Desconocida lluvia que limpia las calles y despeja el paisaje.
Ayer salí a entrenar. Un rodaje de unos 40 minutos que culminé en el gimnasio de mi club, adonde me fui a hacer estiramientos y trabajo de fortalecimiento de abductores. Un rodaje pasado por agua que me sirvió de bienvenida para las sensaciones del entrenamiento invernal.
Después viví una experiencia desconocida para un insomne ocasional como yo. Ante la falta de sueño decidí salir de madrugada a pasear por la ciudad. Caía un leve lluvia pero no me importó. Caminar es una actividad que me ayuda a reflexionar, a meditar y a adoptar decisiones. Lo que no sabía es que la experiencia de madrugada, solo con los ojos de ese Gran Hermano que nos vigila desde los ventanales de las habitaciones encendidas, desde los coches particulares, desde los camiones de servicios públicos, fuera tan placentera. Espero no acostumbrarme a ello.
He conocido una ciudad desconocida para mi. En silencio, quieta, reconciliada con la tranquilidad. Toda una novedad que merecía la pena ser compartida. Mi lluvia y yo, buena compañía para pasear y para preguntarle en voz alta sin molestar a nadie el por qué de muchas cosas.
2 Comments:
MAJARAAAA !!! Estés hecho un poeta, tío !! Ten cuidao no te vaya a violá la UCHI.. jua jua !!
Je,je,je.. Yo creo que la Uchi está más cuerda que yo y no creo que a las 3 de la mañana le dé por darse un paseo por su barrio caletero, je,je,je...
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