El paso del tiempo
Un saludo a tod@s ustedes.
Ayer miércoles fue mi cumple. 34 años constan en mi carnet de identidad y ayer fue el día que dediqué a celebrar esta efeméride en compañía de compañeros de trabajo y por la tarde en compañía de mi familia.
Por la tarde asistí a una misa de difuntos. Se cumple un año de la muerte de un familiar mío y ayer mi familia celebramos una misa en memoria de esta familiar. Fue en la Iglesia de los Salesianos, el colegio donde me eduqué y donde he pasado gran parte de mis vivencias.
La misa estaba prevista a las 19:30 hrs. Como llegué con cierta antelación y estaban las instalaciones del edificio escolar abiertas opté por pasear y recordar viejos entornos. Me llamó la atención de aquella visita imprevista a mi antiguo colegio comprobar como las instalaciones seguían básicamente igual. La misma estructura del edificio, el mismo reparto de espacio en las aulas, aunque también vi algunos cambios funcionales en las dependencias. Antiguas aulas en las que había recibido parte de mi formación y de la que a día de hoy me puedo sentir bastante orgulloso. Ah, y algún sacerdote que me dio clases hace 20 años y por el que no pasa el tiempo.
Me corría un aire de nostalgia. Era un recordatorio a 13 años felices de mi vida. Hace 14 años que finalicé mi formación escolar y traspasé la frontera real del mundo adulto con mi entrada en el mundo universitario, pero aquel recorrido me sirvió para valorar el paso del tiempo, para valorar todo lo que me ha sucedido desde aquellos años hasta hoy. Y sobre todo, para recordar viejas sensaciones, viejas compañías, viejas costumbres que, pensándolo friamente, aun sin estar tan alejadas en el tiempo me hacen tener presente que de aquel mes de junio de 1994 en que finalicé COU para hacer la Selectividad hasta hoy me han sucedido muchísimas cosas. Que he evolucionado mucho personalmente y que parte de mi presente se debe al pasado. Como decía Kierkegaard, autor del cual no he leido nada, pero del que conozco una cita suya que sirvió en su día para anunciar una marca de whisky: "la vida ha de vivirse hacia adelante, pero solo se comprende mirando hacia atrás".
Que estas líneas sirvan como manifestación pública de mi vivencia íntima en un día muy especial. No soy una persona nostálgica, pero suelo mirar mucho al pasado. Tengo gusto por recordar etapas anteriores de mi vida, gusto por recordar a antiguos amigos que permanecen conmigo en la actualidad, amigos que me acompañaron en su día y que luego nos perdimos la pista, y también me sirve para recordar a viejos compañeros de clases, de conversación en recreo, de horas de bocadillo, estudios, pasillo y demás.
Aquí mi homenaje a una etapa de mi vida que comenzó en septiembre del año 1981 y que finalizó en junio de 1994.
3 Comments:
que estas mayor Emilin. Cuando entra esa nostalgia, ainss. Que te quiten lo bailado.
Me permito contradecir al autor del comentario anterior, al que no tengo el gusto de conocer: No eres mayor, Emilio. Sólo... naciste antes. Je, je, je.
ahora estaba leyendo en otro blog algo que decían de la nostalgia, como algo propio de ideologías conservadoras porque implica estar conciliado con el pasado propio y eso. dicen que para que las cosas sean mejores hay que ser quizás algo más inconformista que nostálgico. supongo que lo cortés no quita lo valiente, somos lo que hemos vivido (como dice un anuncio de coches por ahí jeje) y es importante sentir que tiene un valor para nosotros, recordar el mirinda y los caramelos drácula está bien. a mi me mola. pero eso no me quita las ganas de animar al juez garzón oeoeoe a ver si este país se convierte en un sitio mejor para habitar que los hijos de los que los tengan recuerden con cariño, y en el que se sientan hermanos. y eso, que la nostalgia me gusta menos que la memoria, y el inconformismo más que la amnesia. ese Emilio oe feliz cumple.
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