Fin de semana en Punta Umbría

Un saludo a tod@s ustedes.

Acabo de venir de Punta Umbría, lugar donde he estado pasando el Fin de Semana en una despedida de soltero de dos amigos míos que en breve contraerán matrimonio.

Y ha sido un fin de semana peculiar. Si alguno entra a analizar la de cosas que se pueden hacer en una despedida de soltero o alguno analiza cómo fue su despedida de soltero pues seguramente encontrará elementos comunes. Pero la nuestra no, la despedida de soltero a la que asistí tiene elementos diferenciadores que la hacen única y, ojalá, irrepetible.

Fuimos a esa despedida de soltero 6 gaditanos: Ángel y Lolo (los protagonistas que contraerán matrimonio con sus respectivas parejas), Jose, Jorge, Fernando y yo. Salimos de Cádiz el sábado por la mañana y tras llegar a este bello municipio de la costa onubense nos dirigimos a buscar la casa donde nos alojábamos esa noche.

Una vez allí contactamos con Agustín, un joven emprendedor de dicha localidad y presidente del Club de Fútbol de Punta Umbría, que nos iba a facilitar entradas para acceder a una discoteca del municipio por la noche. Tras una conversación telefónica con él por parte de uno de los integrantes de la expedición le cuenta que por la tarde el equipo de la localidad, el Punta Umbría, se jugaba la clasificación para la liguilla de ascenso a 3ª división ante el San Roque de Lepe en este último municipio y para lograr el objetivo le bastaba el empate. Nos contó que el autobús del equipo salía a las 4 de la tarde para desplazarse a Lepe y que si queríamos podíamos ir con el equipo en el autobús y el propio Agustín en calidad de presidente nos facilitaba las entradas para ver el partido. Tras negociaciones en el seno del grupo decidimos sumarnos a este evento deportivo y almorzamos con presteza para estar a la citada hora en la cita.

A las 4 de la tarde llegamos al punto de encuentro de la plantilla. Primero subieron los integrantes de la plantilla y de la directiva al bus para luego hacerlo nosotros. Nos posicionamos en los asientos libres que quedaban. Ya dentro comenzamos a destensar el ambiente pre-partido profiriendos cánticos cadistas adaptados a favor del Punta Umbría, con lo cual los jugadores fueron relajándose, aunque su primera impresión era de incredulidad ante lo que estaban viendo.

En el Estadio Municipal del San Roque de Lepe, antiguo rival del Cádiz CF en los duros años de la 2ª B, tomamos posición en la grada y cuando comenzó el partido continuamos con los cánticos, a los que se sumaron unos chavales seguidores del equipo y que habían acudido a animar al Punta Umbría.

El resultado final fue de San Roque de Lepe 1-Punta Umbría 0. Ahora el Punta Umbría depende de la posibilidad remota de que se den una serie de resultados de terceros equipos para poder acceder a la liguilla. Pero tras la finalización del partido me quedo con el ambiente de ese vestuario roto por la desilusión y el mazazo por no haber conseguido el logro. Jugadores hundidos, llorando en el vestuario, el presidente Agustín abrazándose a ellos, el entrenador del Punta Umbría, Juan Palma, dándole palabras de consuelo y de reconocimiento por el esfuerzo realizado. Me llevé la gran lección de ver a unos chavales y no tan chavales que en el pozo del fútbol amateur lloraban por la desilusión de no haber conseguido el objetivo deportivo que tanto ilusionaban. Fue un monumento al deporte en su estado más puro, desnudo del glamour y del espectáculo del dinero y lleno del Espíritu Deportivo con mayúsculas en su estado más auténtico y primigenio.

Solo hay que pensar que el grueso de ese equipo está formado por chavales jóvenes del pueblo cuya ilusión es poder vestir la camiseta del club en el que crecieron deportivamente. Me comentaba un jugador tras el partido que para él era una ilusión poder vestir la camiseta del equipo de su pueblo y poder representar al pueblo donde vive cada fin de semana por todos los campos de fútbol de la provincia de Huelva después de haberse llevado una semana entera trabajando, estudiando y entrenando para poder competir el domingo.

Por lo demás, decir que los aficionados del Punta Umbría fliparon con nosotros, con nuestros gritos de ánimo en la grada. Ellos estaban pensando lo que pintaban 6 locos gaditanos viendo un partido de fútbol de Primera División Andaluza el día de una despedida de soltero. Y sobre todo fliparon los jugadores de la plantilla. Tanto es así que cuando nos veían de noche por el pueblo cenando o tomando una(s) copa(s) (según sea la opción elegida por cada uno de nosotros) se detenían y nos agradecían los gritos de ánimo en la grada y como llegamos a protagonizar el ambiente de animación del partido.

En esta película del cine surrealista de este fin de semana, agradecerle a Agustín, presidente del Punta Umbría; a Juan Palma, entrenador del equipo; a todos los integrantes de la plantilla así como a su afición, la acogida que nos dieron y la oportunidad de poder vivir una ocasión deportiva única en primera línea de batalla. Si no fuera por ellos esta historia que estoy contando no hubiera sido posible. Creo que esta experiencia, más allá de lo surrealista y sui generis que pueda ser, me ha enseñado mucho de una dimensión del deporte del fútbol que yo desconocía. El sábado pude aprender la plasmación práctica de valores tan humanos como la solidaridad ante la derrota, el esfuerzo sin recompensa y el luchar por hacer realidad tus ilusiones sin obtener nada a cambio.

¡¡¡ PUNTAAAA, PUNTAAAAA !!!!