El burdel
El burdel
Juan José Millás
El País - 27 de junio de 2008
Ser decente es una lata. Implica creer en la dignidad del ser humano y todo eso. Hay cosas (explotar a un semejante, por ejemplo) que una persona honorable no puede permitirse. ¿Pero a quién no le apetece echar de cuando en cuando una cana al aire? Los padres de familia tradicionales (ejemplares, por lo general) tenían para desahogarse el burdel, donde azotaban el culo de las chicas o pedían a las chicas que azotaran el suyo. ¿Por qué no hay burdeles para que las personas virtuosas descansen de su ejemplaridad? Pues sí los hay: ahí está el Parlamento Europeo, donde llegas un día agobiado por las obligaciones morales características de un político honesto, y te puedes permitir el lujo de votar una jornada laboral de 60 horas semanales. Sesenta horas semanales de trabajo son una perversión, como practicar el sexo con correas y lavativas. Equivalen a 12 horas diarias, sin contar los desplazamientos. Porno duro, en fin. ¿Pero a quién no le apetece de vez en cuando despendolarse un poco? ¿Quién no alberga en el fondo de su alma fantasías sadomasoquistas? Pues ahí está el Parlamento Europeo para dar salida a todas estas necesidades. Pongamos que usted, pese a ser un individuo cabal, ha soñado en alguna ocasión con tener en un sótano a un niño, jugar con él durante equis meses y luego abandonarlo en cualquier país. Pues eso lo puede votar ahora mismo en el Parlamento Europeo. Y quien dice un niño dice un hombre hecho y derecho. Coger a un negro, qué maravilla, y encerrarlo una temporada por hambriento, para que aprenda, sin consecuencias de ninguna clase. El burdel es una institución absolutamente necesaria. Reconocer su existencia significa reconocer el lado oscuro del hombre. Si bien no tenemos nada contra sus clientes, nos gustan las personas que, como Borrell u Obiols, se niegan a utilizar sus servicios.
3 Comments:
Es el lado oscuro de la política. Lejano, sin ruidos, sin enterarnos.
Lo que voy a decir es una opinión personal, no trato de aludir a nadie concreto sino al ser humano en general, por lo que no me parecería lógico que nadie se ofenda y tampoco me gustaría. Si los políticos están ahí, es porque alguien los vota. Y ellos no son más que personas. No trato de justificar las manipulaciones ni los atropellos de ninguna forma de poder que obre a lo Juan Palomo. Pero llegados a este punto de la Historia de la Humanidad, creo que como sociedad global tenemos medios y motivos para permitirnos dejar de sufrir y de hacer sufrir. Es más, tenemos motivos hasta para disfrutar sin sentirnos culpables. Y sin tener que aludir a ninguna verdad que parta de ninguna razón o mente argumentativa. Hoy leía en un periódico la opinión de un catedrático de una universidad andaluza, diciendo que el hombre es un animal social, y que lo que se ha perdido es el sentido de libertad social... yo añadiría que ha sido aplastado por milenios de justificación abusiva de privilegios individuales que yacen en el inconsciente colectivo. Y repito, llegados a este punto pienso que es hora no de buscar cabezas de turco, ni de ganar ninguna batalla contra ningún aliado en potencia, sino de recuperar el sentido real de sociedad, ese que nos hace realizarnos como humanos, y no el artificial que por desgracia no hemos dejado de padecer. Y yo comenzaría a predisponerme no empuñando ninguna ideología o bandera hasta los dientes, sino procurando poquito a poco, abrir los ojos para ver simplemente como nos sentimos y como nos gustaría sentirnos. Cuando eso nos importe más que poseer, acaparar, protagonizar, ... etc ahí empezará el final de esta PERVERSION que vivimos, como dice JJ Millás con gran agudeza... perversión que es algo mucho más vital que moral, por que lo moral no es algo que "pertenezca" a ningun argumento, ideología o razón. Lo moral es ser lo que somos: es tan tautológico que sólo hace falta ponerlo en práctica. Pero insisto, no se puede poner en práctica esta naturaleza humana cuya belleza todos sabríamos expresar, si vivimos en una sociedad racionalizada y argumentadora como España, o de la libertad del sálvese quien pueda de este mundo del siglo XXI. Este a mi juicio es el gran reto que la humanidad tiene por delante, ... bueno ahora también el cambio climático jeje eso pasa por "argumentar" la relación causa-efecto que tienen las cosas en el mundo de modo natural, que simplemente es sin excusas necesarias. Logrando restablecer ese sentido de libertad social, más allá de toda política o frontera, encontraremos el final de esta perversión universal, casi autoimpuesta al hombre por el hombre. Somos capacer de más cosas, que el podemos no sea solamente pa ganá la eurocopa esa del furbo.
Yo lo resumiría diciendo que no creo que haya ningún burdel necesario, sino que tampoco prohibirlos va a eliminar la posibildad de que tengamos la necesidad de ir a uno. Somos lo que somos, todo lo que sea huir de nosotros mismos es ser infelices. Y no sería yo quien votaría a favor de que prohibieran los burdeles, ni quien me prohibiera a mi mismo ir a ninguno, si eso me hiciera ilusión. Claro que llegados a este mundo del dinero, los intereses y las necesidades económicas dan lugar a otro tipo de evaluación de esas situaciones. Nada más. Y decir que me gusta el furbo, aunque no por eso me niego a mi mismo la posibilidad de no tener un encefalograma plano o en forma de balón. Nada más, libertad pal que pone su bandera de España en el balcón, yo preferiría que en vez de eso al menos pusieran banderas del mundo.
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